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  • Foto del escritorCristina Díaz San Emeterio

Terapia psicológica para todos: un viaje hacia el interior

Actualizado: 4 sept 2020

Imagina que tienes un dolor de muelas muy fuerte en el lado derecho y vas al dentista. ¿Cómo te sentirías si el profesional mira cómo muerdes, luego de mira el estado de los dientes del lado izquierdo pero no se para a trabajar en la zona de la derecha que te molesta? ¿Cómo te sentirías al salir del odontólogo?


Realizar un proceso de autoconocimiento no es una tarea fácil, el cliente deberá tomar una actitud de honestidad y paciencia para consigo mismo. Es un viaje hacia el interior que permite conocerse a uno mismo pero que a la vez exige de mucha introspección, toma de conciencia, profundizar y cuestionarse los procesos y contenidos mentales (pensamientos, emociones, conductas, motivaciones, intereses, valores...).

Aprender a enfrentarse a los retos de la vida de una forma flexible, haciendo un análisis profundo y de aceptación será la clave para comenzar a vivir la vida que deseas.

¿Cuántos intentos hace una persona para luchar contra la ansiedad, la depresión, el alcoholismo...? ¿Cuántos esfuerzos y energía invertida en luchar contra todos esos pensamientos y sensaciones negativas que no han funcionado y que siguen alejando a la persona de lo que quiere en su vida? ¿Cómo debe de sentirse esa persona que se ha esforzado en utilizar todas sus herramientas para salir de ese pozo en el que se encuentra inmerso? ¿Cuántas veces habrá decidido tirar la toalla? ¿Cuántas veces aún sin ganas habrá seguido intentándolo? ¿Alguna vez habrá pensado que la culpa estaba en él o ella, que el problema era él o ella?


En ACT utilizamos los valores para ayudar a los clientes a tomar una dirección, a definir unas metas y poner en marcha acciones que sean congruentes con lo que para ellos sea más importante. De esta forma, en terapia, los valores de los pacientes son los que van a mostrar el camino y dirigir al cliente en la consecución de una vida con sentido, dirección y propósito, que valga la pena ser vivida.


El objetivo en la terapia en ACT no es el control ni la reducción de los síntomas pero no por ello significa que dejen de ser importantes, sino que se analizan las variables que lo controlan y el contexto en el que tiene lugar (antecedentes, consecuentes, funciones que lo mantienen...). Es otra forma de intervenir, en la que el foco del cambio se sitúa en ayudar al cliente a vivir la vida que desea, realizando un trabajo alineado con los valores, con las cosas que son importantes en la vida del paciente.



Profundizando un poco más en el objetivo de la terapia, este no será ayudar al paciente a eliminar los síntomas de depresión, la sensación de falta de sentido, la tristeza, la falta de energía porque pueden no desaparecer. Sino que se realiza un trabajo que le ayuda a relacionarse de otra manera con sus experiencias dolorosas, pensamientos, sentimientos, recuerdos y sensaciones difíciles de sobrellevar.


De esta forma, la psicoterapia enseña a “surfear” las olas de la ansiedad, a cabalgar las olas sin rendirse a la falta de ganas, y aprender que el ansia de una conducta compulsiva (como por ejemplo, consumir sustancias adictivas) pasará, pero el cliente debe saber que las sensaciones que acompañan al malestar no desaparecerán sino que deberán ser aceptadas como respuestas normales ante determinadas claves.


Es por ello que la psicoterapia es un proceso para todos. No obstante exigente, en el que el paciente debe permitirse observar las sensaciones dolorosas cuando aparecen, sin juzgarlas y aprender a afrontarlas de forma adaptativa.





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